No es la plata
Seguramente habrás experimentado cómo, después de un rato, alguna de tus joyas empieza a incomodarte, sientes escozor y, si no te la quitas, terminas con enrojecimiento o pequeñas heridas.
Bueno, la culpa es del níquel, no de la plata. Este metal, muy común en las aleaciones utilizadas en bisutería y joyería, provoca la mayor parte de las dermatitis de contacto. La alergia a la plata (al níquel en realidad) se presenta en una de cada cinco personas.
La plata de Ley debe poseer 92,5% de plata pura y el resto puede ser zinc, germanio o platino, que no provocan alergia, pero en muchas ocasiones ese metal es níquel. Consulta esto antes de comprar.
Cómo evitarlo
- Acostumbra usar joyería elaborada con metales de ley, particularmente plata y oro amarillo o platino.
- Deja a un lado las bisuterías con metales de dudosa aleación, aunque luzcan algún baño de plata.
- Solo es confiable un baño de plata cuando el metal de soporte no contiene níquel.
- En aquellas actividades que se relacionan con la humedad (gimnasio, ducha, playa, etc.) deja de lado tus joyas. Estas condiciones aceleran el desprendimiento del níquel.
- Si tu alergia es recurrente consulta con un inmunólogo o alergólogo, quien te aportará un diagnóstico apropiado.